FedericoGarcía
Lorca
en Barcelona
Una RUTA LITERARIA de 2 horas que recorre los lugares de Barcelona más significativos vinculados a las diferentes estancias del granadino en la capital catalana.
Un viaje por lo personal y lo literario para todos los públicos.
RUTA CULTURAL
Cataluña es para Federico García Lorca el paisaje del éxito y el reconocimiento. En Barcelona se sentirá valorado además de como poeta, como pintor y dramaturgo, representando por primera vez algunas de sus obras teatrales más celebradas y exponiendo sus dibujos en las Galerías Dalmau.
Hospitalet es la amistad de Rafael Barradas y el contacto con la intelectualidad catalana, la invitación a leer en el Ateneo barcelonés, Badalona es Margarita Xirgu y el reconocimiento como poeta dramático, el teatro Principal, el Poliorama vieron representar sus obras. Barcelona es la complicidad artística y el intercambio teórico con el crítico de arte Sebastià Gasch, el sentirse tratado como pintor, la colaboración entre las revistas Gallo y L’Amic de les Arts, y Cadaqués y el Empurdà serán el mar, la amistad y la pasión, la admiración, la genialidad, la dionisiaca figura de Dalí.
En el alma inquieta del poeta, en su constante renovación, Cataluña es un soplo de frescura. Gracias a Gasch y a Dalí Lorca indaga en su estética hasta formular su nueva manera espiritualista, una fórmula triangular donde Cataluña tiene dos vértices (el vértice poético-plástico de Gasch y el vértice desligado del control influenciado por el surrealismo de Dalí) y un tercero, que lo ocupa la joven poesía (el veintisiete de Salinas, Guillén, Alberti y otros).
Indudablemente Cataluña es la amistad y el amor que no pudo ser, las horas oscuras y doradas, pero también es la tentación – ¿Matar al padre? ¿Cagarse en los Salinas? - . Barcelona es un paseo por las Ramblas, una madrugada en el gótico, un café en la Plaza Cataluña. Cataluña es tradición y vanguardia, intelectualidad y clase obrera.
Lorca supo entender el sentimiento diferencial de los catalanes y maravillosamente se ganó por igual el favor y la admiración de la intelectualidad y del mundo obrero, llegándose a autoproclamar "catalanista foribundo".