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“Guardiola-Tata-Luis Enrique”: Sobre fútbol, transiciones y cambios personales.


Escribo esto al hilo de un símil que me trae por teléfono un amigo. Ha llegado a la conclusión, ha tenido el aprendizaje, de que, si bien ha cumplido uno de los objetivos que se había propuesto, la sensación interna es de que esa nota de “aprobado” no le satisface, siendo consciente de que podía haber dado más de si mismo.

Me dice que se siente como un equipo de fútbol en la parte baja de la tabla clasificatoria (no doy nombres por no herir sensibilidades) y que él siente que es un F.C. Barcelona (doy nombre a pesar de que esto también pueda herir sensibilidades) y que puede aspirar a más.

Me quedo pensando y creo que hay otro símil que puede aprovecharse también para explicar esta situación. Entendemos que los grandes clubes acomodados en la victoria pasan también por ciclos donde, después de una época de éxitos continuada (el Barça de Guardiola por ejemplo) pasan por una época de transición (Tata Martino) y llegan, tras los ajustes y cambios pertinentes, finalmente a una nueva época de satisfacciones (Luis Enrique), algo parecido a un resurgimiento.

Fue una época feliz la de Guardiola. El equipo jugaba rozando la excelencia. Se gustaba. Armonía entre afición y equipo. Una situación que se prolongó durante varias temporadas hasta el punto que la afición se acostumbró a vivir en la victoria. La derrota era algo pequeño y poco probable, que de suceder tan de vez en cuando, había dejado de ser una amenaza. Pero cuando el equipo empieza a jugar de memoria, cuando internamente el éxito es una comodidad más que una motivación, o un reto, el rendimiento baja, el rival te coge la medida. El entrenador se va. Hay un cambio de ciclo. Tras el malogrado Tito, llega el Tata Martino. Con su buen hacer y su natural don de gentes. Un tipo simpático. Implanta otra manera de trabajar (probablemente escasa en cuanto a lo físico) y no convence a su equipo con su sistema. No es capaz de conseguir su objetivo a pesar de que el equipo no pierde la cara del todo y roza algunos títulos. Pero ya saben, estamos hablando de fútbol y en este deporte si no ganas parece que lo demás no cuenta.

Llega Luis Enrique, cuestionado en un inicio (también lo fuera en su día Guardiola). El asturiano analiza la situación: ¿qué nos hacía ganar antes, cuál es la esencia del fútbol desarrollado por el Barça desde Cruyff en adelante? ¿Qué le faltaba a ese sistema para avanzar y evolucionar para seguir ganando títulos? Encuentra una fórmula que combina lo mejor de la época Guardiola con un fútbol más vertical y directo. Para ello ficha nuevos jugadores que puedan cumplir esa función y permite que otros salgan. Soltar para recibir. Por el momento parece que el invento le va funcionando. Mis Preguntas y dudas sobre el tema aplicado a los cambios: ¿En qué se parece todo esto a un cambio personal, a la consecución de un objetivo? ¿Qué parte de nuestro proceso de cambio es Guardiola, Tata o Luis Enrique?

¿Nos permitimos las épocas de transición? ¿Nos permitimos estar donde estamos con lo que podemos dar en ese momento?

¿Somos conscientes de nuestras limitaciones y de cómo buscar nuevos recursos? ¿Nos permitimos cambiar nuestros objetivos , reformularlos? ¿Somos esclavos de nuestros objetivos?

¿Cuál es nuestro nivel de exigencia?

¿QUé emociones identificamos en situaciones así? ¿Cómo las gestionamos?

¿Nos empeñamos en seguir jugando de la misma manera que lo hemos hecho hasta el momento porque eso nos ha dado éxitos sin tener en cuenta que no estamos en el mismo momento? ¿Cuál es nuestra capacidad de flexibilidad?

¿Cómo motivamos a nuestro equipo para el cambio?¿Qué es lo que nos hace ponernos a entrenar con ganas?

¿Cuál es la clave de la mejora del rendimiento? ¿Qué cambios o “fichajes” vamos a introducir en nuestro sistema para mejorarlo?

¿Qué debemos de soltar para que entren los cambios?

¿Cómo manejamos la derrota? ¿Cómo manejamos la victoria?

¿Cuál es nuestro nivel de exigencia?

¿Dónde posicionamos nuestra plenitud: en el juego, en la victoria? Teniendo en cuenta que el deporte del fútbol encierra una serie de valores que no comparto lo dejo aquí y no voy más allá. Sirva el símil que propone mi amigo para reflexionar sobre nosotros y nuestros procesos de cambio.


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